miércoles, 14 de octubre de 2009

Creimos en Dios, y el lo hizo en Nosotros


―¿Sabe una cosa? Yo también creí siempre que los unicornios eran unos monstruos fabulosos. ¡Nunca había visto uno de verdad!
―Bueno, pues ahora que los dos nos hemos visto el uno al otro ―repuso el unicornio― si tú crees en mí, yo creeré en ti.
¿Trato hecho?
(ALICIA A TRAVÉS DEL ESPEJOLewis Carroll )
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¡Dios! ¿Donde estas, Germen de la carne y la sangre; fuente de la vida? ¡Acaso te escondes de nuestros ojos!
Se alzan cadenas en la noche, que agarran fuerte las estrellas... No hay luna sobre los arboles, sobre las hojas y los mares de ponzoña negra. El rubor de las olar se marchita en la orilla, la espuma blanqueada se esparce por la arena; como sueños de algo. ¿Donde estas, Selene? Hoy grite hacia el cosmos en tu nombre, y tu velo de plata no relucio en mi regazo. Que entrañas de sangre desparramo sobre tus flores de boda... ¿No escuchas las campanas, Diosa de la noche? ¿Acaso sus timbres te asustan demasiado?
No puedes dejarme solo. ¡Te imploro! -Cuantas lagrimas, solas que mueren en este rincon de arena, donde el sol se fue hasta el fondo, ahogandose de oscuridad.- ¡Necesito el soplo de tus labios de marfil sobre los mios!
La noche es perfecta, la noche es bella y hermosa. ¿Pero donde estas, mi princesa de Porcelana? Traigo tus Nardos mojados y frescos, y coronas de lirios para postrarlo sobre tus cabellos lavanda... ¡Hablame! `¡Mis piernas fallan, noto el dolor en mis huesos, se doblegan en tu ausencia! ¡Selene! ¡Selene! -sollozando, apretando los brazos entorno al ramo de lirios, su fragancia me adormece. El mar ruge-soñando desvarios- Necesito cruzar la barrera de todo lo real...
Su cantarina piel, se mostro ahi, ¡El su trono de estrellas! ¡Tan palida y hermosa! ¡Tan fiera y elegante! Su vestido bordeaba su luz... y sus caricias me levantaron el rostro, mullido por el dolor hacia sus labios...
¡Oh, reina mia...!
Comence a caminar hacia sus pies, la espuma me inundo los pies, y pronto fue la ponzoña negra del mar la que me enbriago la garganta. Mis pulmones se envenaban de oscuridad y mi alma se inunda en el delirio... ¡Entonces, fueron tus labios los que cerraron mis parpados!
¡Ay..! ¡Ay...!
¡Sabia que no podias fallarme...!
(DerechosdeAutorBlogger:BuscandoaCharlot.